En la actualidad la edificación excesiva, el hacinamiento urbano, y la idea de que el cemento es sinónimo de modernidad nos han llevado a un estado de compleja ignorancia y desapego respecto de las relaciones con nuestro entorno natural, cada día son más y más las personas que no conocen otra realidad que la limitada por semáforos, rascacielos y autopistas. Bajo esta perspectiva resulta de suma importancia que nuestra comunidad logre recuperar o vuelvan a encontrarse con aquellos elementos extraviados en la modernidad que nos daban cuenta de la necesidad de sentirse parte de este inmenso, diverso y complejo planeta en el que vivimos.
Una de las relaciones más simples de las cuales hemos perdido rastro tiene que ver con la producción autónoma de alimentos, el trabajo con la tierra, no contra esta, actividad que entiende esta relación de pertenecía a los sistemas naturales, donde cada paso respeta de forma sostenida los proceso eco-lógicos.
Entender que el planeta en que vivimos y la realidad que se nos presenta lo constituyen millones de especies vegetales y animales, cientos de ecosistemas naturales y las infinitas relaciones entre estos y no únicamente nuestras construcciones artificiales, determinarán el desarrollo y potencialidad de una comunidad, que, sin la tierra bajo sus pies y entre sus dedos, solo desarrollaran su entendimiento en función de relaciones automatizadas entre computadoras y cemento.
El huerto Orgánico Comunitario es una herramienta en la que individuos, comunidades y vecinos/as se organizan para ocupar un espacio deshabitado que se pueda utilizar y poner en marcha la regeneración de los suelos, maximizar el espacio productivo y lograr consolidar un huerto urbano en el que todos y todas participen y todos/as recojan beneficios de este esfuerzo común (conocimientos, verduras, granos y frutas orgánicas).
Es una alternativa real al modelo económico actual que basa su lógica en la distribución de la riqueza de forma inequitativa y la sobreexplotación de los recursos. Es una solución ante la escasez y mala calidad de los alimentos, logrando un escenario ideal de producir en los barrios y comunidades una parte considerable de nuestra dieta: alimentos frescos, sanos, libres de pesticidas y manipulación genética. Quitando intermediarios de la cadena productiva (supermercados), logrando que el intercambio se de en circunstancias de equidad y sobre todo nos enseñan que la Solidaridad es parte de nuestra naturaleza y que las comunidades para sobrevivir tienen que apoyarse mutuamente para procurarse lo necesario.
El espacio entonces se constituye como un flujo de saberes que esperan unirse para generar practicas de libertad.
http://xlatierra.wordpress.com/
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