sabato 24 marzo 2012

Richi “Morgue”: Sobre el anarcopunk en el Perú

Entrevista de: AUDIOFOBIA ( http://audiofobia.com/entrevistas/item/4503-richi-morgue-sobre-el-anarcopunk-en-el-per%C3%BA )

Al anarcopunk podría considerársele como lo neo subterráneo. Aparecido en la segunda mitad de los noventa, significó una ruptura en la tradición subterránea ochentera que ejercía los cánones de un movimiento moribundo. Caminos y logros que se vieron traducidos en una interesante colectivización contracultural que, sin embargo, tuvo su cisma en el 2005. Para respondernos qué pasó con este movimiento conversé con Richi Morgue, líder la banda Generación Perdida y fundador del movimiento anarcopunk en el Perú.

¿Qué pasa con el rock subterráneo para que muchos digan que en los noventas hay una ruptura?
Cuando ingresé a fines de los ochenta a un movimiento subterráneo, si se le puede llamar así, este estaba bien dividido, bien sectorizado; por ejemplo, los hardcore en Barranco, otra gente en el centro. Además era más un movimiento musical a diferencia de antes que fue un movimiento artístico más amplio. Yo ya lo encontré un poco más mutilado. Algunas bandas terminaron y la gente que iba alrededor de ellos se fue alejando, entonces la idea subterránea se fue quedando un poco allí. Ósea no en el corazón de muchas personas que teníamos esa idea allí, sino en una cuestión de movimiento, tratar de generar algo juntos.

No crees que el cambio en el Gobierno tuvo que ver con el cambio…
La sociedad cambió. En el año 91 es cuando ya comienza la debacle del movimiento porque ocurre la disolución de bandas que habían hecho un trabajo importante, la gente empieza apartarse y la cuestión social y de repente generacional también pues algunas personas emigraron o tomaron otra forma de vida. Entonces en ese momento no se produce el relevo que debió haber, la gente que llegó tenía una producción más individual o de repente trabajar en posición a lo que hace su grupo, específico, pero no en una cuestión colectiva. Es mi opinión sobre lo que pasó y cómo se llego a lo que fue después. La situación se hizo tal que cada quién fue por su lado…

Pero el caso de la represión que tuvo Fujimori ante todo sinónimo de protesta cómo se traduce en el movimiento subte.
Sí bien es cierto con Fujimori brota todo, mucho más en la cuestión psicológica de los medios, ya desde atrás venía esa campaña del individualismo entendido como una cuestión de que no te importe para nada otra persona sino solo tú y tu supuesto progreso. “Si no pisoteas a otro y no avanzas no eres nada en esta vida”, la gente iba un poco asumiendo eso y eso hizo que se apaguen de repente algunos intentos de trabajo colectivo. Eso es básicamente lo que mermo muchas iniciativas.

¿Y ese boom del grunge, del término “alternativo”, cuánto influyó en ese cambio?
De alguna forma sí influye porque la nueva gente que llegó vino con otra influencia. A raíz de ese boom, esa moda, surgen locales que querían hacer conciertos o abrían sus puertas a ellos. Ahora, yo en esa época he visto esos cambios un poco de afuera porque yo paraba un poco más al margen de todo esto, pues fue una mejora más que nada para la gente que estaba metido en lo musical, pero la gente que no era banda y éramos colectivos libertarios seguíamos trabajando como siempre.


¿Qué es el anarcopunk?

¿El anarcopunk es una ruptura o es una continuación del rock subterráneo?
Nuestra idea era sí, marcar una diferencia pero sin dejar nuestra condición de subterráneo. Pero lo queríamos decir claramente era que éramos punks que queríamos trabajar por la anarquía dado que éramos anarquistas también. Era para nosotros necesario hacer esa separación porque entendíamos que ya el movimiento que frecuentábamos, el grupo, la gente, no todos eran anarquistas, no todos eran punks, incluso no todos absorbían la idea subterránea como la teníamos nosotros. Nosotros tampoco pretendíamos erigir en unos líderes de algo cuando no todos compartíamos lo mismo. Por eso nosotros quisimos desde el nombre marcar una diferencia, nosotros queremos tratar de hacer un trabajo anarquista, que sea coherente y tratar de llevarlo a la práctica. Por eso tomamos ese nombre, el cliché incluso.

Muchas critican al anarcopunk como una postura demasiada purista.
La auto crítica ahora se ha hecho y digo que sí, hay algo de cierto hay allí. Como te digo la intención no era erigirnos como algo puro o lo más coherente, pero hubo varios errores pues al tratar de hacer un trabajo solamente con cuestiones que compartan la misma posición de uno, nos aislamos de mucha gente y eso indirectamente también fue cerrar puertas para tratar de avanzar a la par con otros movimientos. Nosotros nos los tocó vivir bien claro eso cuando hicimos nuestro centro social pues hubo gente, no mucho tampoco, que intentó acercarse pero no se pudo llegar a un entendimiento por cosas así; por ejemplo, alguna gente decía “nosotros estamos en contra del consumo de carne, entonces debemos trabajar con gente que tampoco consuma” y yo creo que sí, fue demasiado pretender una honestidad con las ideas de uno pero que incluían a los demás. Entonces esto fue un factor importante para el declive del movimiento anarcopunk.

¿Por qué retomar la idea del anarquismo siendo una idea política que dejó de estar latente desde principios del siglo pasado?
Es cierto que acá no hay una tradición anarquista. Creo que el anarcopunk en si salió por una cuestión de impresiones que en la práctica las íbamos viviendo. Nacimos del movimiento punk que no necesariamente tiene arraigada una idea política, a lo cual nosotros adoptamos una idea antiautoritaria. Al avanzar nos dábamos cuenta que la gente que estaba un poco avanzada en el terreno anarquista, ideológico, político minimizaba mucho a los punks, los menospreciaba, siendo gente del interior mismo y cuando muchos de ellos habían sido punks también. Del lado punk también había la contraparte de eso, la gente que ya se instruía o buscaba hacer un trabajo distinto se le veía mal, se le criticaba porque supuestamente se sentía superior. Entonces nosotros en un inicio no había tanta intención de decir a la gente algo sino lo hacíamos por nosotros mismo, tratar de congeniar en la práctica dos posiciones que teníamos. Por eso fue un poco la utilización de ese nombre porque sin saberlo en ese momento había en el mundo toda una onda con ese nombre, cosa que nosotros aprendimos en el camino.

¿Ser anarcopunk es ser apolítico?
Básicamente lo que se está en contra es contra la política de partido, la política de que pocas personas se quedan con el derecho a decidir con todo, pero en esencia la política es inherente al ser humano; la política no tiene porque ser negativa. A pesar de que muchas bandas tienen letras en contra de la política, creo que no es en contra de eso sino contra la centralización del poder.



Sobre Marchas y contramarchas

Dices que ustedes se alejaron mucho de las antiguas manchas, sin embargo para mí, asistente a partir principios de la década a la movida, veo que hay una revitalización del movimiento subterráneo alrededor de los anarcopunks. Parecía que ustedes fueron los que tomaron la batuta de lo subte dado que muchas bandas no necesariamente anarcopunks (como Irreverentes, ARZ, Asmereir, etc) empiezan a moverse en sus actividades.
Interesante lo que dices porque allí se pueden ver dos cosas distintas de repente. Una que es la organización de eventos más relacionado con la música y lo otro que era lo netamente político. Con el trabajo musical, que desarrollábamos con el colectivo “Axión Anarcopunk”, tocábamos con bandas anarcopunk – que en ese tiempo habían más, no como ahora que escasean – pero también con otra gente, por ejemplo los que mencionaste. Era interesante compartir. La misma gente criticaban por eso al igual cuando nos invitaban a tocar a otros lados, como lo hacía la gente de Asmereir, pero era interesante porque por medio de la música conocíamos a otra gente alejada del circuito y esta bien porque no puedes difundir solo con la gente de tu círculo. Pero para hacer trabajos políticos éramos un poco más cerrados y por eso venía la crítica interna que decía.

Recuerdo que la primera vez que vi a Generación Perdida fue en el concierto del primer año de Tragokorto en La Noche de Lima, un lugar que no tenía nada que ver con el rollo…
Claro, ese concierto por ejemplo causo bastante controversia entre nuestra gente por lo mismo que era en El Centro y antes de que empiece afuera del concierto la gente mostraba su oposición, daba su opinión la cual era de que no era adecuado tocar con ese tipo de bandas pues no buscaban defender nada y tenían una versión distorsionada del punk buscando llevar todo a un espectáculo; y nosotros dábamos la nuestra, que era tratar de difundir a personas que no conocían nuestras propuestas.

Esas crítica nosotros hemos aprendido a sobrellevar. Por ejemplo, nuestro primer concierto fue en El Más Allá de Barranco y nos metimos nomás. Ahora es un poco más ordenado pero en esa época nos metíamos a la guerra, pero al principio nos choteaban porque sabían que habíamos tocado en locales así, por nuestra extracción social pues para algunos que son más puristas – todavía – no era coherente que nosotros hablemos mucho de opresión porque no habíamos nacido pobres.

Hay un caso que quisiera recordártelo: “Yo los descubrí”, un disco que quizá no se pueda dar ahora donde teníamos bandas tan disímiles como Anfo y Diazepunk o como 6 Voltios y Generación Perdida. Hace poco hablando con Carlos Zacarias(Contraorden discos, Nosotros Mismos), su creador, me comentó que en ese momento nadie se hacía roches ideológicos que ahora pasan. ¿Crees que quizá a principios de esta década la gente tenía esta idea de colectivización, a regañadientes o no?
Fue interesante, pero había una diferencia entre nosotros y los demás grupos pues no compartían en contexto de nosotros. Para el ambiente donde nosotros tocábamos si generó ciertos comentarios, los mismos que te comenté antes. Pero yo no lo veo malo, me pareció mostro la forma como lo sacó Nosotros Mismos, editándolo de manera auto gestionado, chévere que nos hayan pasado la voz. Y allí está, hay diferencias con otras bandas pero al menos desde lo que nosotros hacíamos tratamos de pasarle la voz a otra gente, gente que nos parece su trabajo interesante y que tienen otras cosas que decir.

¿Tú crees que para esta época podemos ver una cosa así, bandas totalmente diferentes en rollos juntas en un concierto. Por ejemplo, hace poco vi a Autonomía en un festival…
No sé si a nivel de festivales, porque lo del disco era algo gestionado y no conozco mucho el mecanismo de los festivales grandes, pero que se vaya a coincidir en algún momento sí creo. Nosotros no tenemos una restricción de decir “con tales grupos no tocaríamos“, no la vemos así. Ahora que pensamos activar la banda, queremos seguir los espacios que teníamos pero si se abren otros espacios que no son contrarios a lo que pensamos normal. Habría que ver la situación, pero no hay un anticuerpo directo hacia otras bandas que tienen otra manera de trabajo.
El anarcopunk post 2000



¿Cómo evalúas la diversificación del anarcopunk, pues en el nuevo siglo se salió del centro y empezó a tener otros focos?
Se hizo una onda interesante de hecho. Lo que se fue generando fue dando sus frutos y sí está para el recuerdo ciertas actividades que se hicieron; se dejó de estar centrándose en El Centro y se fue a otros barrios (Vitarte, San Juan de Lurigancho, etc) y hasta se extendió en otras ciudades. De repente lo que pasó en el interior del movimiento anarcopunk es lo que pasa con otros movimientos también: la falta de constancia. Se generó al menos un circuito que aunque pequeños generó buenas cosas y eso es la prueba de que es posible.

2005 y sale el último número de Buscando un Camino y tú haces una diatriba contra el movimiento anarcopunk ¿Cuál fue la situación de ese momento para que tu creas que como movimiento muriera?
Un poco lo que te digo era la inconsistencia en algunas propuestas. Una vez que uno consigue algo debe ir trabajando para mantener y avanzar y eso no se dio mucho al interior de las personas que formaban el movimiento. No se acercaba a la gente en común que podía tener buenas ideas. Una cuestión de fundamentalismo que se cerró dando justificaciones para no hacer más cosas. Y eso no se puede hacer pues para hacer un trabajo social es necesario acercarse a más personas poniéndose de acuerdo en algunas cosas. Por ejemplo, las marchas contra las marchas, esta bien que no muchos de los que protestan allí comen carne, pero alrededor de esta protesta se busca generar una conciencia crítica en torno al factor cultural, sin embargo gran parte del sector anarcopunk no quería formar parte de eso porque no estaban de acuerdo con la gente que come carne. Entonces cada uno se iba apartando, apartando quedando el término, el cliché de repente, algo inmanejable en cuanto a la idea de movimiento, como lo subterráneo; para mí lo subterráneo no es que haya muerto pero sí el movimiento pues, no está es inexistente. Eso me pasó así, con el anarcopunk. Si bien es cierto Buscando un Camino trataba de llegar a más gente, el espacio donde se desenvolvía era básicamente la gente que formaba parte del sector anarcopunk, entonces consideré que era una buena forma de hacerse una crítica interna y terminar.

En esa época Generación Perdida se separa también…
Sí. Después de eso incluso hubo un tiempo en que la banda se retomó, un tiempo yo no estuve porque tenía mi posición con la movida anarcopunk pues me parecía una cuestión necesaria marcar un alto. Después las cosas han seguido avanzando, el tiempo pasa y en cuanto a la particularidad de lo que se puede dar en el anarcopunk es: Mucho menos es la gente que ahora se define anarcopunk. A penas un par hay en cuanto a bandas que se dicen anarcopunks (Antagonismo y Clase Obrera, aparte de Generación). Colectivos solamente hay uno. Y muchas de esas bandas que se decían anarcopunk, la gente misma cuando pasa este cisma 2005/2006 abandonan el nombre y comienzan a llamarse solamente punks, relacionados claro con la lucha anarquista y todo.

¿Qué rescatas de lo que pasó después del 2005 en cuanto actividades, por ejemplo hubo el encuentro anarcopunk en Cajamarca, por esa época vienen Fallas del Sistema?
No, lo de Fallas del Sistemas es en el 2004. Ellos vienen en un momento importante porque la movida anarcopunk estaba bastante fuerte y se hace la actividad con ellos dos días, bien interesante al igual que el encuentro donde vino mucha gente. Básicamente con el movimiento anarcopunk buscó generar algo y hubo actividades pequeñas o grandes, pero las hubo.

Los subtes viejos comentan muchas veces que lo anarcopunk era lo más atrayente para chibolos que veían la rebeldía más focalizados en ustedes ¿Creen que su crecimiento fue algo generacional?
Es cierta la cuestión de que mucha gente joven circulaba y había ciertas particularidades con nosotros, en cuanto a la estética, que atraía pero no creo que se pueda decir que solo fue por eso. Habían muchos jóvenes se acercaban y decían interesarse en el factor político pero al final en la práctica no era así. Y eso es la razón existió gente efímera. Así cuando vino Fallas del Sistema se veía también en las bandas, había alrededor de 10 bandas que se decían anarcopunks. Pero ya cuando bajó la ola se quedó la gente que tenían los postulados básicos, que somos punks que creemos en el anarquismo, decir que debemos asumir el control de nuestra propia vida y eso se supone que es para siempre.

Sé que alguna gente antigua tiende a comentar que lo anarcopunk era solo apariencia porque los tiempos eran otros y que la represión no era tan jodida como los ochentas, comentario típico cuando se entra en la comparación. ¿Los tiempos eran otros, no? En los ochentas no teníamos acceso a ciertas formas de comunicación, la gente que llegó después ya era una generación que estaba en el Internet, tenían más fuentes y eran más abiertos en su visión.

Hablando de épocas ¿consideras que hoy no es tiempo para un movimiento titulado anarcopunk?
De hecho las cosas han cambiado. No es mi intensión – te soy honesto – trabajar ahora por un movimiento anarcopunk, lo que a mi me interesa es generar un espacio que nos una un poco en función de generar una vía de expresión artística, política pero si que nos importe tanto poner un nombre. Los tiempos han cambiado, las condiciones también, yo trabajo por difundir mi idea anarquista, pero no bajo la consigna de que hay que llegar a ella y si no llegas eres malo, sino en buscar puntos en común con otras propuestas y trabajar. Yo me sigo asumiendo anarcopunk, pero no busco consolidar un movimiento porque no considero que ahora sea lo más relevante.

Entrevista publicada también en Resuena zine

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